Oír música y gestión del estrés

 

La línea de trabajo vinculada al estrés ha encontrado interesantes efectos del consumo de música con la reducción del estrés. Así, se ha observado una reducción de la presencia de hormanas del estrés en sangre en sesiones audición musical (Suzuki, 2003 cit. McDermott, Crellin, Ridder & Orrell, 2013). Por otro lado, también se ha observado que escuchar e interpretar música estabiliza y disminuye el ritmo cardiaco (Raglio et al., 2010; Okada et al., 2009; Ridder & Aldridge, 2005). Si se tiene en cuenta que la recuperación deficitaria de situaciones estresantes suele estar relacionada con problemas cardiovasculares (Hocking & O’Brien, 1997) puede proponerse la hipótesis de que oír música tiene algún efecto positivo en los problemas cardiovasculares.
Algunos autores llegan a la conclusión de que la realización de actividades de entretenimiento para distraerse después de una situación de estrés, facilita la recuperación cardiovascular (Gerin, Davidson, Christenfeld, Goyal & Schawartz, 2006). Por su parte, oír música suele usarse, y así lo parece, como actividad lúdica para que la peresona se distraiga (Radstaak, Geurts, Brosschot, & Kompier,2014).
Sin embargo, en este panorama tan aparentemente claro, han surgido elementos que distorsionan la relación entre oír música y una disminución del estrés, y con ello un beneficio directo sobre los problemas cardiovasculares. En concreto, los estudios realizados por Radastack, Geurts, Brosschot y Kompier (2014) encontraron que el oír una pieza musical seleccionada o no por el propio oyente, media la relación entre estrés y consumo musical. De hecho, aquellos participantes que eligieron la música se recuperaban de la situación estresante después que aquellos que no elegían la pieza musical.
En conclusión, aunque parece existir una relación positiva entre oír música y recuperación del estrés, ésta parece estar mediada por diversas variables. En este sentido, no es posible afirmar que oír música suponga siempre un beneficio directo para reducir los niveles de estrés.

Referencias

Hocking, J.L. & O’Brien, W.H. (1997). Cardiovascular recovery from stress and hypertension risk factos: a meta-analytic review. Psychophysiology, 34, 649-659.
McDermott, O., Crellin, N., Ridder, H. M., & Orrell, M. (2013). Music therapy in dementia: a narrative synthesis systematic review. International Journal of Geriatric Psychiatry, 28(8), 781-794. https://doi.org/10.1002/gps.3895
Raglio, A., Oasi, O., Gianotti, M., Manzoni, V., Bolis, S., Ubezio, M. C., … Stramba-Badiale, M. (2010). Effects of music therapy on psychological symptoms and heart rate variability in patients with dementia. A pilot study. Current Aging Science, 3(3), 242-246.
Okada, K., Kurita, A., Takase, B., Otsuka, T., Kodani, E., Kusama, Y., … Mizuno, K. (2009). Effects of music therapy on autonomic nervous system activity, incidence of heart failure events, and plasma cytokine and catecholamine levels in elderly patients with cerebrovascular disease and dementia. International Heart Journal, 50(1), 95-110.
Ridder, H. M. O., Stige, B., Qvale, L. G., & Gold, C. (2013). Individual music therapy for agitation in dementia: an exploratory randomized controlled trial. Aging & Mental Health, 17(6), 667-678. https://doi.org/10.1080/13607863.2013.790926.
Gerin, W., Davidson, K. W., Christenfeld, N. J. S., Goyal, T., & Schwartz, J. E. (2006). The role of angry rumination and distraction in blood pressure recovery from emotional arousal. Psychosomatic Medicine, 68(1), 64-72. https://doi.org/10.1097/01.psy.0000195747.12404.aa
Radstaak, M., Geurts, S. A. E., Brosschot, J. F., & Kompier, M. A. J. (2014). Music and psychophysiological recovery from stress. Psychosomatic Medicine, 76(7), 529-537. https://doi.org/10.1097/PSY.0000000000000094